Con esta foto de la señora Catalina queremos abrazar a nuestros mayores y darles las gracias por todo lo que nos han transmitido, por todo el cariño y por la paciencia que han tenido siempre con nosotros. Y gracias también por su sonrisa, ver sonreír a un abuelo es de lo más bonito del mundo. Gracias por tanto abuelos.
En este confinamiento la señora Catalina ha rezado, ha rezado mucho, por todo y por todos. Ha hecho crucigramas y solitarios, muchos crucigramas y solitarios. Su calle la ha echado de menos, a ella y a su escoba. Pero cuando salgamos de esto volverá a pasear y volverá a reír.
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