DE IDA Y VUELTA
Estos días tristes
De atardeceres lentos,
Inexorable mi destino,
Me hablan de doliente invierno.
De pequeño me explicaban el cuento
De en mi tierra la Felicidad:
Aquí nací en el límite
Barrio Arriba/ Barrio Abajo.
Entre el río y el monte yo crecía
Con los chanclos y las encinas;
Cabalgando con la azada,
Entre Tralbarrio y Barbaldo,
O con los bueyes en la Reguera
De las paleras pastando.
Ya con pantalones bombachos,
Avanzaba en la mi carrera
Con sueños de horizontes lejanos
Que desde las Cuatro llaves eran
En todas direcciones avistados.
Así era, anhelada, aquella mi primavera,
Que tras la atiba y en verano sudando,
Fructificaría repleta de cosecha
Con frutos y trigales dorados.
Joven, larga y complicada ha sido
Mi ruta -la ida también por países lejanos-
Vislumbrados desde el Murión
Buscando, inalcanzable, la Felicidad,
familia, lucha, dolor y amor enfrentados.
Ay!, pero, este tímido sol,
En su amanecer fatigado
Ya no me anima a crecer.
Naturaleza y vida adormecidas
Me abocan, inseguro, al atardecer.
Breves paseos de otoñal susurro
En la desembocadura del río
-destino que me lleva a la mar-.
Desde la Presa a las Borgañas,
Desde la Sienra hasta la Muria,
voy desgranando pensamientos
A lo largo de mi peregrinar,
Que apoyado en mi cachava
Me bajan hasta el Cillar, abrazando
Siglos y origen de mi cuna barrentana.
Desde las bodegas presiento
A lo lejos el Teleno, fuente de vida
Y a mis pies, el Tuerto serpentear;
En la iglesia una veleta
Y en la torre una cigüeña
Señalándome con su vuelo
El oeste, la ruta del más allá.
Así enfrento en mis pensamientos
Cabizbajo, mi lento lento
Y sosegado caminar. Mi corazón
Ya me falla, anhelante por llegar
A la capilla cercana y allí con los míos,
en mi carrera de Ida y Vuelta,
quiero definitivamente descansar./.
S.C.C.-Otoño 2020
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